Continuamos nuestra aventura neoyorkina por el corazón de Manhattan, sobre la cuadrícula perfecta que generan sus ordenadas calles y avenidas. Una Gran Manzana que alberga la mayoría de lugares turísticos de la ciudad, una macedonia de sabores que oferta rincones y actividades para todos los gustos.
Nuestra visita comenzó por la noche después de la visita al DownTown. Queríamos conocer Times Square de noche y poder certificar, de primera mano, que esta ciudad nunca duerme. Así fue, mientras que en otras capitales europeas que hemos visitado, cuando el sol se esconde la gente se va a sus casas, en Nueva York salen a la calle. ¡Qué vitalidad de ciudad! Comercios abiertos 24 horas, artistas realizando caricaturas o inmortalizando momentos, espectáculos en Broadway y mucha mucha gente paseando o comprando por sus calles. El ritmo te contagia y te anima a ir con los ojos muy abiertos disfrutando de todo lo que vas encontrándote a tu camino.
En el camino hacia el centro de Times Square nos fuimos encontrando diferentes símbolos de las películas americanas: alcantarillas de las que salen humo, innumerables taxis, policías que nos rememoraban a la "Loca Academia" por sus vestimentas -eran muy amables a diferencia de muchas ciudades que hemos visitado- y muchos comercios, escaparates y pantallas gigantes que te dan la bienvenida a esa plaza en la que nunca falta la luz -del sol o de sus carteles-, que siempre está abierta 24 horas y repleta de gente. Tradicionalmente aquí reciben el año los neoyorkinos con la caída de la bola que preside lo alto de un edificio. ¡No nos creíamos que podíamos estar en este escenario de largometrajes!
Nos adentramos, sin dudarlo, entre la gente y comprobamos que hasta lo más inimaginable puedes encontrarlo allí. Entre raperos que promocionan sus trabajos, bailarines profesionales, maestros del beat box nos topamos con una impresionante serpiente o mujeres con vestuario caribeño que demuestran su amor a Nueva York. Presentadores, periodistas, pintores, imitadores de grandes héroes... y hasta un Piolín que juega con los más pequeños al ajedrez. Y es que en Nueva York, la ciudad de los sueños, sólo hace falta imaginar para hacerse realidad. Con un perrito caliente en la mano y un refresco nos relajamos con el único objetivo de disfrutar de lo que teníamos ante nuestros ojos y Vero hizo cola para llevarse un gran recuerdo, aparecer en las gigantes pantallas de publicidad de esta mítica plaza. Además nos hicimos una caricatura.
Al día siguiente continuamos conociendo esta zona de Manhattan en la que los rascacielos son un gran aliciente pero no el único. Dar un paseo por la Quinta Avenida, especialmente entre la calle 34 y 59, colmará las ansias de llevarte algún recuerdo de esta ciudad, pero nos faltó tiempo para haber podido disfrutar de las gangas de sus grandes marcas.
A pocos minutos a pie llegamos al Rockefeller Center,un complejo de 19 edificios comerciales y que es famoso especialmente por la pista de patinaje sobre hielo y el gran árbol que ubican en Navidades. Así que tocará volver en esas fechas, pero si vas el resto del año puedes también disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad subiendo al Edificio GE. Nosotros no nos animamos porque teníamos programado subir al Empire State.
En la siguiente manzana se encuentra la Catedral de Sant Patrick que tuvimos la mala suerte de encontrarnos repleta de andamios, tanto por fuera como su interior. Aún así divisamos algo su belleza, pero la fortuna nos fue esquiva a tal punto que nos comenzó a llover justo en este punto...¿Y qué hacer cuando llueve en Nueva York? Pues visitar museos.
Hay varios museos, sobre todo situados en la zona de la Milla de los Museos, pero nosotros teníamos claro cuál queríamos visitar el Museo de Historia Natural. El costo es de 19$ y tienes que pagar un suplemento si decides conocer la exposición especial de la que dispongan, en nuestra ocasión era la de las ballenas. Posteriormente nos enteramos -por una guía de las excursiones que disfrutamos cortesía de TuBillete.com- que si realizas una donación, aunque sea 5$ según el día que sea te dejan entrar por la aportación. Sin duda merece la pena reservar unas cuantas horas de tu viaje a Nueva York para visitar los museos que más te llamen la atención y éste es uno de los preferidos por los turistas, aunque alguno quizás sea para sentirse dentro de la película "Noche en el Museo". Hay 35 millones de objeto que convierten esta colección en la más grande del mundo. Si vas a dedicarle poco tiempo no puede faltarte la sala de los dinosaurios, impresionante.
Además puedes enviar, gratuitamente, un mensaje en vídeo a tus familiares y amigos. Aquí el nuestro:
Además puedes enviar, gratuitamente, un mensaje en vídeo a tus familiares y amigos. Aquí el nuestro:
Cuando salimos el tiempo había mejorado así que para no tener que adaptarnos tan rápidamente al ritmo endiablado de Nueva York quisimos desconectar en su pulmón, Central Park. Es el parque urbano más grande del mundo gracias al rectángulo que forman sus casi 4 kms por 800 metros y lo visitan 25 millones de persona cada año. Algunos para hacer todo tipo de deportes, otros para ensayar sus obras teatrales, los más románticos para dar un paseo, leer un libro mientras disfrutas del piar de los pájaros o juntos de la mano atravesar el famoso Bow Bridge, que Hollywood ha escogido para muchas de sus películas con temática romántica; o simplemente para aprovechar los rayos del sol.
También en Central Park podrás dar un paseo en barca en su lago o visitar la zona de Strawberry Fields en la que se homenajea al componente de los Beatles que fue asesinado en las proximidades del parque, John Lennon.
Con las pilas cargadas aceleramos el ritmo de nuestros pasos para conocer uno de los edificios más curiosos de Nueva York, el Flatiron. Conocido también como "La Plancha", este rascacielos centenario fue de los edificios más altos de su época. Al darnos la vuelta divisamos nuestra siguiente visita, el Empire State Building.
Durante más de 40 años fue el edificio más alto del mundo hasta que se construyeron las Torres Gemelas. Tras el atentado del 11 de Septiembre de 2001 se convirtió en el más alto de Nueva York hasta la construccióm del Onw World Trace Center que se está finalizando, que le arrebatará esta distinción si no se tiene en cuenta la gran antena que dispone el Empire State, un edificio que según los investigadores de la Cornell University, es la referencia más fotografiada del mundo. Por cortesía de TuBillete.com pudimos subir hasta su 86º piso, en el que se encuentra un observatorio, desde el que tienes unas impresionantes panorámicas de 360 grados de toda la ciudad.
Con esta imagen nos despedimos del Midtown de Manhattan. Y si quieres conocer la crónica de nuestra aventura por el Upper Manhattan (Alto Manhattan) y el Barrio de Harlem, con la que finalizamos un viaje de ensueño, nos volvemos a ver en esta TuBiAventura.com
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