jueves, 11 de julio de 2013

Los cinco condados de Nueva York


Después de conocer la capital de Estados Unidos volvimos a Nueva York, a conocerla a pie después de haberla visto por el aire y por el mar. Aunque prácticamente la totalidad del tiempo que pasas en Nueva York estás en el condado de Manhattan porque recoge la mayoría de atracciones turísticas de la ciudad, hay que conocer que la ciudad de los sueños se divide en cinco condados y que todos merecen ser visitados para conocer los contrastes de esta gran metrópoli. Nosotros nos decidimos a salir de Manhattan y aportar una visión más global lejos de los rascacielos de la Gran Manzana.

Los condados que forman la ciudad que nunca duerme son Manhattan (donde nos alojamos), el Bronx, Brooklyn, Queens y Staten Island. Desde Manhattan se pueden visitar cogiendo el metro, guaguas o taxis -a excepción de Staten Island que es en Ferry-, aunque nosotros aprovechamos el pase semanal para movernos de condado a condado. Hay que tener en cuenta que las distancias son muy grandes, las combinaciones de metro hay que analizarlas y por tanto, recomendamos dedicarle varios minutos antes de salir para saber qué vías y caminos coger.  Eso sí, en el metro te puedes encontrar de todo, como nosotros que nos sorprendimos a ver a dos personas con ratas como mascotas.

 

Comenzamos por el Bronx. ¿El motivo? Que había partido del equipo más laureado de Nueva York, del mejor equipo de béisbol de la historia, los Yankees; y qué mejor que conocer este condado aprovechando el desplazamiento para visitar el templo del béisbol neoyorkino. En Estados Unidos se vive el deporte convirtiéndolo en un auténtico espectáculo y nosotros íbamos dispuestos a comprobarlo. El beisbol, es después del fútbol americano, el deporte por excelencia para los estadounidenses; siendo la NBA y el hockey sobre hielo (NHL) sus sucesores. El fútbol, deporte rey en España, se denomina Soccer en esta tierra y está tomando impulso pero no logra la importancia de los anteriormente citados.






Después de varias combinaciones de metro, allí estábamos frente al Yankee Stadium. En una nebulosa deportiva y mucho sabor americano. Mercadotecnia por todos lados, tanto como puestos de perritos calientes y pretzels, y muchísimos aficionados, de todas las culturas, unidos bajo unas mismas siglas la N con su Y superpuesta que se han convertido en el souvenir más adquirido en Nueva York. Nosotros no podíamos hacer menos y para sentirnos como auténticos neoyorkinos nos equipamos con gorras y material de animación. El precio de la entrada para el partido ante Kansas City nos costó tan sólo 11 dólares, eso sí en el último graderío, aunque como te puedes mover por el estadio sin casi problemas, da igual que la butaca esté lejos. Además, te aportará una panorámica espectacular de todo el estadio. Nos quedamos asombradísimos con el evento. Los marcadores con repetición instantánea, concursos interactivos con los aficionados y el grito unánime de la grada a sus héroes. Sin duda, merece la pena acudir a un partido de los Yankees y no es muy complicado porque juegan casi todos los días.









 
Salimos antes de que terminase porque son 9 ocasiones en las que ambos equipos cambian de ataque a defensa, comenzando siempre a batear el visitante, y si queríamos conocer el resto de este condado y los demás no podíamos permitirnos el lujo de estar hasta el final. Así que nos adentramos en el Bronx, el de las películas americanas, pero nada más lejos de la realidad nos sentimos totalmente seguros aunque no es recomendable transitar por la noche en esta zona. Es una zona multicultural y con grandes asentamientos de inmigrantes como dominicanos, más populosa de Nueva York, puertorriqueños, africanos... Sus edificios antiguos, con escaleras de emergencia en sus fachadas y con patios prácticamente sin salida contrastan con las impresionantes instalaciones deportivas. Seguramente, porque es el deporte una válvula de escape o la vía para conseguir subir el estatus en esta ciudad.



Queens fue el siguiente condado que visitamos. Es el condado más extenso de Nueva York, segundo más poblado y étnicamente más diverso. Por sus calles se hablan ciento de lenguas y al cruzar un paso de peatones, si miras a los lados, podrás comprobar el crisol de culturas, razas, etnias, sabores y aromas que se reúnen en Queens. Este condado se une con Manhattan por medio del puente Queensboro, posee el aeropuerto al que llegamos John F. Kennedy pero también el de LaGuardia siendo dos de los más transitados del mundo. En Queens también se apuesta por el deporte.  Allí juegan los Mets, otro referente del beisbol, y se celebra el Open de Estados Unidos de tenis, en pleno parque Flushing Meadows-Corona Park al que miles de personas acuden para darle a los pedales, correr, hacer deporte, jugar al tenis o simplemente descansar y desconectar. En el corazón de este parque se encuentra un monumento que nos encantó, el Unisphere. Una estructura metálica de 42 metros de alto y 36'5 de diámetro que representa al planeta tierra y que es el símbolo de la feria mundial de 1964 celebrada en este condado, con esta imagen nos despedimos de Queens camino hacia Brooklyn.








Pero antes decidimos coger el telesférico que va desde Manhattan hasta la Isla Rosevelt que puedes utilizar con el mismo metrocard y que te proporciona una bonita panorámica del río, esta parte de la ciudad y esta pequeña isla.





 
Ya habíamos visitado el condado de Brooklyn con la preciosa panorámica nocturna de Nueva York que disfrutamos cortesía de TuBillete.com; pero además de disfrutar las excursiones intentamos quedarnos con sitios que merecen una nueva visita. Llegamos al atardecer, tal como queríamos. Buscamos la zona desde la que queríamos disfrutar del sol escondiéndose tras los rascacielos y después de varios minutos a pie llegamos a un parque, próximo a un tiovivo en el que se concentraban familias, parejas haciendo picnic, neoyorkinos haciendo deporte y muchas cámaras dispuestas a captar una bonita instantánea del puente de Brooklyn, acompañado del puente de Manhattan y el skyline de la Gran Manzana al fondo. Allí nos relajamos, disfrutamos, descansamos y sobre todo desconectamos del ritmo endiablado de esta ciudad que ofrece tanto y que te lleva, en muchas ocasiones, a privarte del gozo de respirar la tranquilidad que ofrecía este parque bañado por el East River. Si bien es su icono más mediático, el puente de Brooklyn no es el único atractivo de este condado, así que como la noche cayó y teníamos que volver al Downtown de la isla de Manhattan para acudir a Staten Island, próximo a Brooklyn, nos prometimos al día siguiente visitarlo.









Y así lo hicimos, previa visita al Ferry de Staten Island, con el que volvimos a disfrutar de los rascacielos de Manhattan, la Estatua de la Libertad en el trayecto por el mar. Staten Island es un condado dormitorio y este ferry gratuito, inicialmente ofrecido para el traslado de trabajadores que viven allí se ha convertido en una de las principales atracciones de Nueva York por las vistas que ofrece.
 
 

 

De vuelta al Bajo Manhattan nos resistíamos a que la molesta lluvia nos impidiese seguir conociendo esta preciosa ciudad y fuimos hasta el Puente de Brooklyn, pero esta vez, para cruzarlo. Entre transeúntes con paraguas, ciclistas, corredores y puestos de comida rápida fuimos avanzando por la vía superior a la que pasan los coches. Como ya señalamos por este puente no pueden pasar vehículos de mucha altura, como las guaguas, ya que en su construcción ni se imaginaban la futura existencia de las guaguas. Un puente lleno de historias, desde su construcción y fatídicas muertes de sus originarios arquitectos, hasta las diferentes controversias y miedos generadas por su estabilidad que conllevó a un desfile de 21 elefantes para comprobar su estabilidad o la nefasta rumorología que se generó a partir del grito de una mujer que se cayó en las escaleras y  tergiversaron con que el puente se caía, el rumor conllevó que 12 personas muriesen y 35 resultasen heridas graves debido a la avalancha. Ya en Brooklyn paseamos por sus calles en las que han vivido personajes famosos como Michael Jordan, Lenny Kravitz, Lady Gaga, Eddie Murphy, AlCapone o Woody Allen, entre otros.






Manhattan es lo más conocido de Nueva York, pero con la visita a sus condados hemos comprobado que no es lo único. La vida neoyorkina y la Gran Manzana no se puede entender sin todos sus condados, así que aunque pueda conllevar más de un día hacer esta ruta de contrastes, aunque los pies duelan cada noche al llegar al hotel o aunque no tenga tantos atractivos turísticos de relevancia; hay que estar en los 5 condados para poder decir que has estado en Nueva York.

Sabemos que falta hablar de Manhattan, pero se merece un capítulo aparte y así lo haremos, deseando que hayan conocido más de Nueva York y de sus 4 condados menos famosos, pero no por ello importantes.
                                                         



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