Vero preparada en la guagua sólo para nosotros |
Por delante 4 horas de camino por carretera, pero que se hicieron cortos porque nos sorprendíamos en cada vuelta del camino. A veces por el paisaje, otras por la idiosincrasia y anécdotas del pueblo dominicano y sobre todo, por el contraste de playas y montañas, la arena blanca y el verde de su vegetación; así como las zonas más pobres y más pudientes. Aquí la DGT se pondría las botas y si no, comprueben ustedes mismos con estas fotos cómo se desplazan en los camiones e incluso en las motos con los cascos como artículos de lujo jeje Eso también es ser dominicano ;)
Como en todo trayecto largo, hay que hacer una paradita y reponer energías. Por sólo 400 pesos dominicanos, unos 8 euros, comimos unos buenos platos de arroz (Vero, arroz blanco, y Fer, arroz acompañado de judías negras aquí llamado moro) y refrescos. El postre, lo invitó Rafael, que no quiso que nos fuéramos de su país sin probar las dulces fresas. ¡Qué sabrosas!
Al llegar al hotel Be Live Grand Marien en Puerto Plata no nos lo pensamos, ¡a darnos un chuzo! Después de llevarnos a la habitación con las maletas en un cochito de golf y quedarnos fascinados con nuestras Superior Suite, con bañera de hidromasaje y sus preciosos detalles (¡qué pinta la fruta!), nos enfundamos el bañador y a disfrutar.
Y así, desde la piscina del hotel, con Vero anotándose un par de triples, nos despedimos hasta mañana que tendremos que preparar nuevas aventuras que contarles por Puerto Plata. Ya el sábado, tenemos una excursión y sorpresitas preparadas. ¡SPLASH SPLASH, no es por Falete, es que aquí no paramos de dar palmas por los mosquitos!
P.D: Quien adivine que animal o muñeco es el que está hecho con la toalla le daremos un souvenir de República Dominicana.
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