martes, 27 de agosto de 2013

Málaga, el precioso legado de muchas culturas

Málaga hay que recorrerla a pie, siempre que sean accesibles los lugares que visitar, caminando por sus calles y disfrutando de la gracia y alegría de su gente. Sus orígenes son el producto del choque de muchas culturas y civilizaciones: romanos, fenicios, árabes han dejado un gran legado arquitectónico, artístico y cultural. Nosotros comenzamos a recorrerla desde su punto más alto Gibralfaro, cuya traducción del árabe hacía referencia al "monte del faro". Situado a 130 metros los fenicios fundaron Malaka y en la corona de este monte se alza su castillo.



Merece la pena subir la montaña, ya sea en guagua o en coche (hay aparcamiento) y disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, divisando el mar , el puerto de Málaga, uno de los más importantes del país y del Mediterráneo; y la extensión de esta urbe liderada por su catedral. Además, con suerte tendrás el privilegio de ser partícipe, desde la lejanía, de una corrida de toros en la plaza que se sitúa a las faldas de la montaña.








La Plaza de Toros de Málaga ha sido escenario de grandes tardes taurinas y es que la tradición y pasión por el mundo de los toros atrae a mucha gente, llenándose y vendiéndose todos los bonos de los grandes carteles, como los que se componen en época de Feria.



Nos adentramos en el centro, evitando las aglomeraciones de una calle Larios repleta de gente disfrutando de la Feria de Málaga y llegando hasta la calle San Agustín, en la que se encuentra el Museo Picasso. Y es que en la tierra natal del artista puedes deleitarte con la mejor colección del malagueño, cedida por su familia al museo. Eso sí, recuerda que sólo podrás fotografiar los exteriores, como muchos museos en España, así que tocará sacar instantáneas para la memoria del recuerdo.


Callejeando es parada obligada para cargar las pilas, las famosas bodegas el Pimpi, que cuentan con un precioso plató andaluz y muchos recuerdos de famosos.


Muy cerca  la catedral de Málaga, conocida como la Manquita, porque una de las torres de su portada permanece inacabada al quedarse sin presupuesto. Hay varias teorías referentes a este hecho. Unas hablan sobre el excesivo precio de los materiales de alta calidad, otros que dicho dinero sirvió para sufragar el acondicionamiento del Camino de Antequera, pero la más aceptada es que se destinó en ayudar a Estados Unidos en su independencia de Gran Bretaña.




Su historia se sigue escribiendo y hay mucha vida a su alrededor. Comercios y bares aseguran que siempre haya gente paseando a su alrededor, máxime cuando los artistas amenizan su paseo con poemas, música o cánticos, especialmente en su fachada lateral.




Si la catedral se construyó sobre una mezquita, el Alcazaba de Málaga de la época musulmana sustituyó a una antigua edificación de origen fenicio-púnico. La muralla de esta fortificación protege una estancia que antiguamente tenía uso político y administrativo. Sus preciosos jardines, sus adoquines y piedras centenarias te darán un viaje en el tiempo. Observar, cerrar los ojos e imaginar te introducirá en la época que desees desde el siglo X mientras atraviesas las puertas arqueadas que se conservan magníficamente.




Promovida por el emperador César Augusto, permanece desde el siglo I a.C, el Teatro Romano. Se encuentra al pie del Gibralfaro, junto al Alcazaba y representa la época en la que Málaga pertenecía a la Hispania Ulterior de los romanos.



Gibralfaro, Alcazaba, Catedral y Teatro Romano simbolizan la historia de la ciudad. Una ciudad abierta al mar que sigue recibiendo a personas de diferentes culturas y que la han convertido en cosmopolita, liberal y tolerante, evitando anclarse en el pasado.

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