jueves, 1 de agosto de 2013

Ámsterdam: una ciudad tolerante, mágica, cosmopolita recorrida a pedales

Maleta hecha, material de grabación a punto, preparados para hablar inglés y tarjeta sanitaria europea en vigor... ¡Vamos  que nuestro penúltimo destino de la TuBiAventura es internacional! Salimos de España hacia la capital de uno de los países referentes del Viejo Continente, los Países Bajos. Conocido popularmente como Holanda, su historia tiene el agua como principal conductor. Su población originaria de la actividad marina se asentó en esta extensa llanura al noroeste de Europa y que se han encargado, desde entonces, de drenar para conseguir un suelo edificable y fértil. Y así fueron creando una gran urbe, rodeada de canales, la "Venecia del Norte", dando lugar a la preciosa Ámsterdam que desde hoy visitamos.


Puntual, como siempre, salió nuestro vuelo de AirEuropa destino Ámsterdam. El trayecto tiene una duración aproximada de 2 horas y 25 minutos, en los que nos han vuelto a demostrar la amabilidad del personal de la compañía. Aprovechamos para comer algo y coincidimos en que el bocadillo de pavo es una buena elección, y de postre una magdalena de chocolate. Con tanto confort el tiempo pasa rapidísimo y cuando miramos la pantalla ya estábamos acercándonos al Mar del Norte, sobrevolando canales y preparados para el aterrizaje.




Mientras esperábamos las maletas comprobamos, en la primera toma de contacto, que se trata de un destino cosmopolita, con un gran atractivo para el turismo joven dispuesto a experimentar todas esas diferencias que ofrece Ámsterdam y para parejas y familias que buscan embriagarse de la magia de la ciudad. Con WIFI gratis en el aeropuerto, una cortesía de bienvenida que los turistas agradecemos, pudimos orientarnos para atravesar la terminal del aeropuerto. Una terminal inhabitual, más semejante a las grandes estaciones de trenes rodeadas de tiendas y mercadillos que te orientan sobre cuáles son los símbolos del país y su color más predilecto, el naranja. Para desplazarnos hasta el hotel cogimos un "shuttle", una guagua lanzadera, cortesía de TuBillete.com que sería la encargada de dejarnos en nuestro hotel, situado a orillas de un canal en el centro de la ciudad.

Se nos hizo de noche pero al menos nos dio tiempo de dar una vuelta por la zona, llena de pubs y restaurantes repletos de jóvenes y quedarnos sorprendidos con el respeto y tolerancia que se respira desde el primer momento. Evitar hacer ruidos para molestar a los vecinos parece una de sus primeras consignas. Y nos recogimos para poder madrugar y conocer la ciudad al día siguiente.




Con la mochila a la espalda caminamos algo más de 20 minutos para recibir en la estación central a Vicky, una chica palmera que trabaja en Zuid-Holland, seguidora de la TuBiAventura y que se animó a compartir una jornada por la capital holandesa con nosotros. No la conocíamos, pero los verdaderos viajeros somos los que en cada aventura nos traemos grandes recuerdos, experiencias y sobre todo conocemos a gente en los destinos. El camino hasta la estación nos sirvió para ir conociendo la ciudad, situándonos pero, sin duda, el medio de transporte por excelencia en Ámsterdam es la bicicleta, aunque si lo tuyo no es el ciclismo puedes optar por el tranvía. Así que no lo dudamos y fuimos a uno de los muchos comercios, situados por la estación central, que se dedican al alquiler de bicicletas. Las opciones varían según el tiempo que desees alquilarlas pero nosotros optamos por cogerla 24 horas, con un costo de 15€ por bicicleta con un seguro en caso de robo y doble candado de seguridad.


Tocaba pedalear. Conocer la ciudad mientras haces deporte, aprovechando el tiempo al minimizar el tiempo entre puntos de interés, acudiendo a los principales atractivos de Ámsterdam. La ciudad dispone de carriles bicis por los que debes desplazarte y evitar ser sancionado al moverte en bicicleta por la zona de peatones. Hay que tener principal cuidado con los peatones, ya que en esta fecha está repleta de turistas no acostumbrados a esta norma vial y se sitúan en tu carril, además de ciclomotores con los que compartes carril y a tu izquierda muy próximos estarán el resto de vehículos. Además, el tranvía y sobre todo sus vías son muy traicioneras así que cuidado con meter la fina rueda de estas bicis en una de sus vías, si cumples eso, disfrutarás adentrándote en la ciudad entre pedaladas. 






Nos dirigimos hacia el pulmón de Ámsterdam, el Vondelpark, atravesando puentes que cruzan los kilométricos canales amsterdaneses, disfrutando de la arquitectura de casas altas y estrechas de la capital holandesa y en el camino nos quedaba de paso la Casa de Anna Frank. Una larga cola que rodeaba dos manzanas nos hizo indicar que estábamos cerca del museo de la diarista judía que se ocultó en unos cuartos en el edificio junto con su familia, y 4 personas más,  por la persecución nazi. Lamentablemente no se puede filmar ni sacar fotografías pero eso no ha evitado que este lugar que resalta las actitudes nazis, es uno de los atractivos de la ciudad. En verano la cola es constante desde las 9 hasta las 22 horas, convirtiéndose en una auténtica fábrica de oro si tenemos en cuenta que la entrada para los adultos asciende a 9 euros por persona.




Tras informarnos giramos a la derecha y seguimos a ritmo constante hasta llegar a Vondelpark. La sombra de sus árboles nos dieron un respiro en un día caluroso, en el que el sol nos castigaba con el paso de las horas, así que aprovechamos para grabar, refrescarnos con una bebida bien fría y descansar mientras disfrutábamos de este increíble parque que congregaba a numerosos turistas y locales para desconectar de la ciudad, coger sol o admirar sus lagos. Aparcamos las bicis, nos refrescamos, nos tumbamos en su cuidado césped y les imitamos. Además Fer se animó a integrarse jugando al fútbol con algunos chicos que allí estaban.







La zona de los museos era nuestra parada más lejana antes de volver hacia el centro. Destaca el Rijksmuseum (Museo Nacional de Ámsterdam), con innumerables piezas de arte de  mucho valor, y el museo Van Gogh. Holanda ha sido cuna de grandes artistas como el propio Van Gogh o Rembrandt. Entre ambos museos se encuentra una de sus estampas más fotografiadas, el cartel I Amsterdam con el Rijksmuseum al fondo. Nos sacamos varias fotos y Fer se subió en varias letras, con mucho cuidado porque es bastante peligroso y puedes tener una dura caída, hasta recorrer el nombre completo.






Se hacía de noche, tocaba despedir a nuestra compañera de viaje, comer y descansar porque mañana tenemos nuestra primera excursión por tierras holandesas. Una excursión en la que conoceremos algunas de las cosas más típicas de este país. ¿Hasta dónde iremos? ¡Nos leemos mañana!





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