Si Fuerteventura nos presenta
una estampa de lo que parece ser el edén, un lugar de paz y descanso,
contrastando con su lado más aventurero,
deporte y diversión, ya únicamente nos queda para tocar el cielo, digerir la
riqueza de su gastronomía, y por eso la ruta que se nos ofrece en el día de hoy
está bautizada como “La ruta de los sabores”.
En Tuineje, al sur de
la isla, nos encontramos con dos lomas que resguardan entre sí un pequeño pueblo llamado Las Playitas,
en el que se respira tranquilidad, aunque actualmente se haya
convertido en un núcleo turístico en pequeña escala, donde destaca su
playa de arena negra, bordeada por la avenida marítima y su muelle pesquero.
Esta ha sido nuestra
primera parada y por ende nuestro primer contacto en el día de hoy con la ruta
del “enyesque”.
En un entorno rural en
el que la flor del paraíso (strelitzia) nos saluda a modo de bienvenida, nos convidan
a nuestra primera degustación, alimentos de la tierra bañados en aceite y
aliñados con orégano, acompañada de un vino del lugar, una delicia para nuestro
paladar.
Después de un agradable
recorrido por la finca, entre animales de granja que se nos acercan y posan sin
reparo...
...nos despedimos y ponemos rumbo a Pájara y,
frente a su iglesia, se encuentra una plaza donde otro burro del lugar pone en
marcha la noria según la recolecta del momento, este sí que es un burro muy
inteligente.
Dejamos atrás el pueblo
de Pájara y nos acercamos al suroeste
de la isla, Betancuria. Desde el Mirador de Betancuria, custodiado por dos enormes
estatuas de Aborígenes Canarios...
...se nos
muestran una espectaculares panorámicas de ambos lados de la isla y todo cuanto
la vista nos alcance, como las ardillas que habitan por estos parajes y salen a
nuestro paso.
Sin olvidarnos que el
objetivo de esta ruta de hoy tenía que ver con los sabores que nos brinda esta
isla, se nos abre el apetito y nos preparamos para la siguiente degustación.
Esta vez el producto
estrella de la Maxorata, el queso majorero y sus variedades. No hay quien se
resista a probarlo, está riquísimo con cualquier acompañamiento, mermeladas,
mojos… menudo día el de hoy y lo que nos queda.
¡Ah! por cierto, también conocimos a las que han hecho posible estos maravillosos quesos.
Nos acercamos a una plantación de Aloe vera, la de mayor extensión en Europa. Sabíamos de las
propiedades del Aloe, un cultivo muy popular en nuestras islas con fines
terapéuticos, pero no éramos tan conscientes de la gran variedad de productos
que puedes encontrar en el mercado relacionados con esta planta, desde el mundo
de la cosmética, la gastronomía…, lo probamos en licores y resultó exquisito. ¡Así
merece la pena curarse!
Ya nos acercamos al
punto y final de la ruta turística de hoy. Nos dirigimos a Antigua,
concretamente al Museo de la Sal de las Salinas del Carmen. Estas salinas se
encuentran en medio de un poblado marinero, abiertas al mar y con una centinela
de excepción, el esqueleto de una ballena.
En el museo
encontramos un espacio habilitado con textos y fotografías que nos informan
sobre la historia de la sal, sus aplicaciones y de como surgió esta industria
que permitió el trabajo a cientos de personas siglos atrás.
Con un sabor a
salitre, no podía ser de otra manera, tratándose de una isla cuya principal
fuente de riqueza procede de su litoral, despedimos el día de hoy, pero esta
despedida nos deja un sabor a nostalgia y es que nuestra aventura en esta isla acaba
aquí.
Mañana nos despediremos de la rosa de los vientos como se merece.
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