martes, 9 de abril de 2013

Los ingleses nos dejan de cera

Este lunes volvimos a disfrutar de la zona centro de Londres. Fue nuestro tercer día para conocerla y sin duda, se nos va a hacer escasa la estancia en la capital británica. Trípode en mano y ritmo londinense nos recorrimos todos los museos que pudimos a velocidad de crucero. Comenzamos con el “Madame Tussauds”, de los pocos que se debe abonar entrada pero que sin duda merece la pena. Nosotros disfrutamos como niños gracias a la cortesía de TuBillete.com.




Allí pudimos ver las réplicas hechas de cera de famosos actores, deportistas, políticos y otras personalidades. Sin pararnos en los detalles porque no hay minuto que debamos dejar escapar en esta gran metrópoli, pasamos por las diferentes salas temáticas y también aprovechamos los espectáculos que tienen en su interior: una gruta del miedo, un viaje por la historia londinense y una atracción 4D de los superhéroes que salvan Londres. Sin duda, el Madame Tussauds vale lo que cuesta su entrada y es un museo ideal para todas las edades y en el que disfrutar durante horas.


De allí nos dirigimos a Candem Town donde se encuentra uno de los mejores –o el mejor- mercado de Londres. Al menos, el que más puede sorprenderles. En este barrio lo común se vuelve diferente y viceversa. Los piercing, crestas, tatuajes y varias tonalidades extravagantes de color del pelo son lo habitual, siendo un fiel reflejo de la riqueza cultural londinense. Antes de volver de museos quisimos comprar un tardío almuerzo, pero tuvimos un contratiempo con el restaurante.


La oferta de museos gratuitos en Londres es muy amplia y nos decidimos por acudir al Británico y el de La Naturaleza. En el primero nos prohibieron grabar, y en el segundo volvieron a ponernos problemas del uso del trípode; incluso con malos modales. Y es que se nota la ausencia de habilidades sociales en esta sociedad tan impersonal y en que parece que todo es ilegal. También en el metro nos dijeron que estaba prohibido grabar por motivos de seguridad antiterrorismo.


 



Cada vez más rendidos, pero sabedores que tenemos mucho que grabar y poco tiempo porque mañana tenemos excursión a Oxford; nos fuimos al barrio de Notthing Hill donde se rodó la película; para posteriormente visitar a pie alguna zona que pasamos en coche en el Londres panorámico y sobre todo aprovechar las dos últimas atracciones que teníamos para disfrutar gracias a Welcome y TuBillete.com.
Comenzamos con varios sustos en el London Dungeon en los que Vero se agarró a mi mochila. La única condición, además de no grabar, es que ellos pueden tocarte para asustarte y tú no a ellos. Normal, porque seguro que más de uno se reviraba con tanto susto jejeje Hoy ha sido un día de mucho metro, el Tube cumple 150 años y en sus accesos, como siempre, nos alegraba el trayecto los músicos que tienen permitido tocar en zonas habilitadas.




Esta atracción está pegada al London Eye y como la otra vez nos encantó de noche, no lo dudamos. Subimos cuando las luces de la ciudad empezaban a encenderse, cuando el cielo se oscurece y deja una impresionante estampa cuando llegas a la zona alta de la mayor noria de Europa. Por la noche está más precioso que de día, sobre todo sabedores de que durante el día suele estar el cielo gris y si hay niebla no ves tanta extensión, aunque despejado puedes llegar a ver unos 40kms.  En la entrada, nos volvieron a poner muchísimas pegas –ya cansan- y no sólo el trípode, también nos quitaron los micrófonos, hasta casi nos querían quitar la cámara para subir. Después de más de media hora dialogando con los de seguridad, vino la encargada y nos dio acceso, en gran medida porque Fer le dijo que le habían hecho sentirse como un criminal y que parecía que más que material de trabajo eran armas. El pobre estaba ya cansado de tantos impedimentos, pero al final cedieron al preguntar si no era posible que subiese un reportero con su novia por vacaciones.



A pesar de todo, nadie nos quitó la gran experiencia de este giro de 30 minutos, totalmente recomendado, y en el que se ve una gran panorámica de Londres.  La rueda de la fortuna –como muchos la llaman por los ingresos que obtiene diariamente- es una atracción idílica en la que hasta se celebran bodas; y además se hacen reserva de cápsulas (cada uno de sus transportadores) que puedes reservar en fechas señaladas.




















La belleza de Londres es incalculable pero sólo le falta, generalizando, que su gente y su clima fuesen mejores para llegar a ser perfecta. Este martes, finalizaremos con otra excursión por los alrededores. Les dejamos los regalitos que sortearemos, ¿qué les parecen? Con tintes británicos ;)


¡NOS FALTAN DÍAS! Y es que Londres ofrece tanto, que se nos ha hecho el periodo muy escaso.  

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