El hotel Be Live Grand Punta Cana es espectacular con unas instalaciones, playa y atención increíble. Del día de la llegada, lo mejor la recepción en la que Vero ya se animó a mover las caderas.
Este jueves salimos del hotel a las 7 de la mañana y volvimos a la medianoche. Fue un día muy completo lleno de diversión, cultura y mucho, mucho trabajo. Sí, aunque suenen a antónimos se puede trabajar y disfrutar a la par.
La primera excursión que nos tenían preparada por cortesía de Tubillete.com y Welcome Incoming Services fue visitar la Isla Saona. Es la excursión más realizada por los más de 2 millones de turistas que visitan la costa Bávaro. Montados en lanchas nos dirigimos a la paradisíaca isla previa parada en unas piscinas naturales en pleno Caribe en las que pudimos ver las estrellas marinas. En el trayecto una expresión de un chico nos sorprendió "chasss hace fleje..." y cómo no...un grancanario. Hicimos muy buenas migas con Álex y su novia Lorena. Se agradece encontrar paisanos cuando uno está fuera. Tras el baño, llegamos a Isla Saona donde comimos y durante dos horas disfrutamos de su arena, palmeras caídas y bonitos arrecifes. La vuelta fue en un catamarán en la que no faltaron bebida, ritmos caribeños, mucho baile y risas.

El último show de la noche, de una hora de duración aproximada, cerró una excursión ideal para ocupar la noche. Todo un acierto de Tubillete.com el habernos brindado el poder ir a visitarla. Un espectáculo que narró -como si fuera un musical- con un guión sobresaliente y excelentes bailarines, la historia del pueblo dominicano. Finalizado por su carnaval, que nos hizo sentirnos como en casa. Luna del Caribe nos cautivó.
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