lunes, 10 de junio de 2013

Safari en Abu Dhabi

Descansamos como reyes gracias al confort de los aviones de airberlin y aterrizamos a primera hora de la mañana en nuestro último destino del OTA Trip, #airberlinaroundtheworld. ¡Ya estamos en Abu Dhabi! 
 


Cuando aterrizábamos, a vista de pájaro, ya podíamos divisar que Abu Dhabi no se parece en nada a las anteriores ciudades que visitamos, Berlín y Varsovia. El verde de las capitales europeas daban paso a la aridez y kilómetros de arena; el calor se hacía notar frente las lluvias que nos despidieron en Varsovia, la escritura, cultura, trajes árabes y aunque nos habíamos adaptado del cambio zloty-euro, nos tocaba calcular el cambio en dirham. Nada más pisar esta joven ciudad creada en pleno desierto comprobamos todos sus lujos, incluidos los taxis que nos esperaban para llevanos hasta Yas Island donde se encuentra el hotel en el que nos hospedamos, el Radison Blue. La localización es ideal especialmente para los amantes de la Fórmula 1 puesto que se encuentra frente al circuito Yas Marina y el Ferrari World.


Las ganas por conocer esta exótica ciudad nos llevó a tener una primera toma de contacto y coger un taxi hasta el centro de Abu Dabi, donde se encuentra el maravilloso centro comercial Marina Mall. En el camino -en taxi que es bastante economico- nos quedábamos boquiabiertos con la altura de sus edificios y los contrastes que tiene esta ciudad. Hacía mucho calor, por encima de los 41 grados, y el aire acondicionado de los establecimientos sienta como agua bendita. Curioso resulta reconocer las grandes marcas multinacionales por su logo debido a que el nombre escrito en árabe es indescifrable para los que no la dominamos y aunque acudir a un centro comercial no sea a priori el plan más recomendable, sus espectaculares escaparates en los que se refleja su cultura, el lujo representado en cada prenda y la arquitectura de estas grandes instalaciones... le proporcionan un atractivo turístico indudable. 




Volvimos al hotel para comer en el buffet, darnos un baño en la piscina y recargar las pilas para la actividad que teníamos preparada para la tarde: un safari de 6 horas en pleno desierto. En 4x4 nos llevaron hasta las primeras dunas y tras desinflar algo las ruedas comenzó la diversión. Varios vehículos se seguían por las dunas del desierto haciendo grandes peripecias en la conducción y se ve que nuestro conductor notó que nos encantaba la experiencia, porque cada vez subía un punto de velocidad, inclinación o dificultad en sus maniobras. 



Hicimos una primera parada en pleno desierto y nosotros no lo dudamos ni un momento, quisimos dejar constancia de que habíamos llegado a este remoto lugar, que hace unos meses era impensable para nosotros, agradeciéndole con estas fotos el trabajo de aquellos que como se dice en el mundo de la televisión "están detrás de las cámaras". Una experiencia, un momento que podíamos disfrutar gracias a airberlin que nos invitó a esta aventura semanal en la que estamos acompañados de grandisimos profesionales y mejores personas; y a todos nuestros compañeros de TuBillete.com que nos organizan todo lo referente a la TuBiAventura, facilitándonos el trabajo y permitiéndonos visitar tantos rincones del mundo sabedores, en todo momento, que estamos en buenas manos. Por ello, y porque cuanto más vemos mundo más orgullosos nos sentimos de nuestra tierra, de ser canarios...




Después de mostrar nuestro agradecimiento a modo de fotografía volvimos a subirnos a los coches y ser partícipes de un circuito de 45 minutos por las dunas del desierto de Arabia. Las risas se entremezclaban con la adrenalina de sentir como el 4x4 descendía por las impresionantes dunas y sorteábamos diferentes obstáculos. Sin darnos cuenta nos encontrábamos en el centro del desierto, en un paisaje de película, árido pero impresionante; con unas condiciones climáticas muy adversas pero precioso, relajante, acogedor...Eso sí porque teníamos los coches que nos llegan a dejar ahí tirados y ¡a saber qué les escribiríamos!








El sol se iba escondiendo tras las dunas, el cielo pintándose con diferentes colores mientras lo dejábamos a nuestras espaldas camino de una granja de camellos salvajes.



Un poblado de balduinos en pleno desierto era nuestra meta, y hasta allí llegamos para disfrutar de todo el esplendor del atardecer en el que los ojos y las cámaras se convierten en protagonistas para captar en la retina impresionantes instantáneas.







Allí nos tenían preparada una barbacoa al aire libre y diferentes actividades como montar a camello, en quads por el desierto, vestirte con su ropa típica o hacerte un tatuaje de henna. Asimismo pudimos ver como a falta de nieve otros se la ingenian para hacer sus deportes favoritos.









La cena estaba riquísima y el sitio de ensueño. Nunca hubiésemos imaginado estar en pleno desierto, ajeno al bullicio de las ciudades, disfrutando del silencio, del precioso cielo estrellado... ¡Impresionante! La velada terminó con una gran actuación de la danza del vientre.



Mañana dejaremos el desierto para conocer la ciudad pero este safari es una actividad obligada si vienes por estos lares. ¡Nos escribimos mañana, si es que no nos liamos con los símbolos de las teclas del teclado!


No hay comentarios:

Publicar un comentario