domingo, 12 de mayo de 2013

Praia do Forte: la pequeña “Polinesia Brasileira”


          Así es, hoy hemos disfrutado de un agradable paseo hasta la preciosa “Praia do Forte”, más conocida como la pequeña “polinesia brasileira”, un lugar situado a 70km de Salvador y brinda al turista diversas atracciones. 



          Atravesamos un pequeño pueblo con una temática indígena que nos llevaría hasta la maravillosa playa, 12km de playa donde poder entretenerte jugando a la bola o simplemente descansando en la arena.

          Visitamos además “Proyecto Tamar”, siendo su objetivo la protección de las tortugas marinas en Brasil.




          Se nos ofrece la posibilidad de conocer los siete tipos de tortugas existentes en este lugar, desde la más grande de hasta 700 kilos hasta las más pequeñitas, y durante la visita podemos verlas en sus diferentes etapas de desarrollo. Además de tortugas, también tenemos la posibilidad de ver otras especies marinas como estrellas de mar, rayas y tiburones, si, una familia de cinco tiburones mansos. 



          Tras la visita al "Proyecto Tamar" nos dispusimos a dar una vuelta por el pueblo. Un lugar encantado con muchos negocios típicos y muy buena gastronomía. Según nos contó nuestro guía Félix, Praia do Forte fue y es un pueblo de pescadores, un lugar sencillo y mágico en el que se conserva la atmósfera del pasado debido a que el área fue donada al municipio con la única condición de que los residentes no vendiesen las casas, simplemente que pasase de generación en generación. Es por ello por lo que se conserva el ambiente original de la zona.


          La playa de Praia do Forte es uno de los destinos turísticos de moda y más atractivos en Brasil. Nos ofrece muchos motivos para conocerlo: playas de arenas blancas y aguas cristalinas rodeadas de cocoteros, sumado a una gran variedad de actividades acuáticas, hoteles y posadas y reservas naturales llena de flora y fauna como el "Proyecto Tamar".



          Simplemente con saber que nos encontrábamos en un pueblo pesquero, teníamos que deleitarnos con su gastronomía. La cocina bahiana seduce a todos por igual, despertando nuestros sentidos: olfato, vista y gusto.



          Hay una gran variedad de restaurantes, y todos tienen en común la gran calidad de la comida y el servicio. Cuentan además con diseños rústicos, modernos y hospitalarios.


          Además de los restaurantes típicos, nos encontramos con la posibilidad de disfrutar de platos de calidad en carpas instaladas en las playas, pequeños bares y gozar de la brisa marina mientras degustamos una exótica caipirinha o un refrescante coco loco.




          Para los más reacios a la comida del mar, existen varias opciones, desde restaurantes italianos pasando por japoneses, mejicanos y argentinos, entre otros, pero recuerden...



¡ALEGRÍA, ALEGRÍA, QUE ESTAMOS EN BAHÍA!


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