miércoles, 24 de abril de 2013

El paraíso de los amantes de las olas y una emotiva sorpresa

Adaptados en nuestro nuevo destino hemos pasado la mañana grabando las instalaciones de dos grandes hoteles en Costa Teguise, el Be Live Costa Teguise y en el que nos encontramos, el Lanzarote Resort. Su localización es perfecta para poder disfrutar del buen clima de la isla y recorrerla desde un punto estratégico. Se encuentran conectados por el paseo marítimo con la única desviación de bordear la Residencia Real de La Mareta.
En este camino se funde el blanco de las casas conejeras con el azul del mar y la belleza de sus rocas volcánicas que forman el malpaís que divide las preciosas playas costeras.

De vuelta al hotel nos suena el teléfono y llaman a la habitación. En la recepción nos comunican que tenemos visita y qué sorpresa. Los padres de Fer se han venido a Lanzarote, sin habérnoslo contado, y encima se han traído el coche. Y es que quién va a desaprovechar visitar esta preciosa isla y menos cuando sus abuelos son de origen lanzaroteño.

Aprovechando su presencia y la posibilidad de movernos por la Isla, nos llevaron a una playa que hace las delicias de los amantes de las olas: la Playa de Famara. Kilómetros de arena dorada cubren esta playa en la que las olas se suceden constantemente y las tablas de surf se cuentan casi por personas. Desde novatos hasta especialistas se preparan en el agua para coger la mejor ola, otros, como nosotros disfrutamos de sus maniobras y de un espectacular día, con una brisa marina que también favorecía que ala deltas escogiesen este lugar para su aterrizaje.

El sol se escondía y nos regalaba un precioso atardecer, que tras pasar por pueblos marineros, disfrutamos desde La Santa donde se encuentran unas instalaciones deportivas de máxima calidad que origina que innumerables deportistas aprovechen estas condiciones climáticas para practicar deporte en Lanzarote.




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