Permítannos comenzar nuestro relato de hoy felicitando a nuestras madres, Ángeles y Mina, porque aquí en México es el Día de las Madres y se merecen nuestro cariño y reconocimiento público por tanto apoyo, amor y dedicación.
La aventura que nos tocaba este viernes, cortesía de TuBillete.com, contaba con el recorrido en guagua más larga, el templo sagrado más alejado desde nuestra perfecta posición del complejo hotelero, pero sin duda una visita obligada para todos aquellos que visitan la Península de Yucatán: acudir a Chichén Itzá. Conocimos a nuestro guía, un descendiente maya llamado Armando, que acompañado de Martín y nuestro querido chófer Santiago, nos llevó con éxito a todos los lugares. Armando, muy simpático, agradable y cercano estuvo bromeando en todo el trayecto mientras nos informaba de la cultura maya. Sus plegarias antes de coger rumbo a Chichén Itzá nos mostraron su lado más religioso, su vocación y amor por las enseñanzas de sus antepasados. Además, en la primera parada nos regaló un collar de coral como símbolo de protección para "tener un buen día" a todos los integrantes del grupo de Welcome Incoming Services.
El trayecto era largo pero nos servía para conocer la Riviera Maya entre poblados, más allá de complejos hoteleros y aldeas mayas, simplemente cómo son y cómo viven la mayoría de mexicanos en Yucatán.
Además presenciamos una plantación de agave azul, cactus del que se extrae el mezcal que es el jugo originario del tequila, tan típico en México.
La excursión contaba con una parada a dos kilómetros del gran centro arqueológico maya, para darnos un chapuzón en un lugar idílico. Un inmenso, maravilloso cenote de aguas turquesas y cristalinas en las que los más valientes podían lanzarse desde más de 5 metros (Fer volvió a atreverse -en la foto marcado de rojo-); y los que no bañarse en esta "caverna con agua" traducción del término maya. Es el resultado de derrumbamientos del techo de una o varias cavernas y que han dejado esta localización natural para el disfrute de una variada flora y fauna, además del ser humano. Un placentero baño en un lugar de ensueño no puede faltar, zambulliéndote en estos cenotes.
Refrescados para combatir las altas temperaturas de plena mañana llegamos hasta Chichén Itzá. El templo sagrado, según la mitología maya, del dios Kukulcán. Fue considerado por la Unesco en 1988 como Patrimonio de la Humanidad y en julio de 2007, una iniciativa privada que no contó con el apoyo de la Unesco, la condecoró gracias al apoyo de millones de votantes de todo el mundo como una de las siete maravillas del mundo moderno. Y no les faltó razón a cada uno de esos votantes. Presidido por el Templo de Kukulcán este centro ceremonial de la cultura maya es una auténtica obra arquitectónica que guarda muchísimos secretos, historias y celebraciones religiosas que merecen ese reconocimiento. Las réplicas que se han intentado, incluido un hotel cercano al templo lo hizo en su hall, no han conseguido igualar los efectos sonoros y lumínicos de Chichén Itzá, aunque las medidas y materiales sean los mismos a los empleados. ¿A cuáles nos referimos?
En los atardeceres equinocciales los rayos de la luz del sol penetran por la esquina de la zona norponiente generándose siete triángulos isósceles de luz que simulan el cuerpo de una serpiente, que simbolizaba al Dios Quetzalcoatl. Por otro lado, otro de los misterios que tiene este templo -y que no han podido desvelar los científicos- es el eco producido al aplaudir en el centro de sus caras laterales, que simula idénticamente al gorjeo del quetzal, un ave sagrada dentro de la cultura maya.
Abandonando este lugar sagrado por el Templo de las Mil Columnas pudimos comprobar que el arte maya sigue presente, puesto que sus descendientes mayas -que se molestan si alguien insinúanque los mayas son una civilización extinguida- siguen creando grandes obras artesanales con una gran dosis de misterio, religión y mitología. En el restaurante donde comimos, finalmente, nos brindaron una danza con botellines de cerveza en la cabeza que, aunque no lo estaban, parecían fijados a sus cabezas porque entre giro y giro no se les caían; una danza ancestral con novedades modernas.
No podíamos abandonar este centro sagrado, tan enigmático y cautivador sin un recuerdo realizado por los mayas y nos decidimos por uno elaborado 100% por una aldea maya. Un calendario realizado en una hoja que ellos han elaborado desde el corte del tronco, hasta acabar pintándote una fecha en calendario maya. El resto de parejas, la mayoría "lunamieleros" lo tenían fácil, su fecha de aniversario, nosotros quisimos compartir el día de nuestra visita, el de las madres en México, el día correspondiente a este relato con su fecha en maya; aquí tienen cómo es en calendario maya este 10 de mayo de 2013.
¡Mañana otra aventura en terriotorio maya gracias a TuBillete.com y Welcome Incoming Services!
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